sábado, 29 de enero de 2011

Submarino... o como desmistificar la luz al final del túnel

El regreso del genial Thomas Vinterberg nos trae un relato denso, dificil de digerir, profundamente doloroso y, a la vez, universal. No importa dónde estemos parados en el mundo ni en qué situación, pero el dolor nos toca a todos y cada uno; aún cuando no lo vivamos -por suerte- las mismas situaciones que nuestros protagonistas, la dirección del co-fundador del Dogma95, nos golpea y nos duele...

La historia, basada en el libro homónimo de Jonas T. Bengtsson, relata la historia de dos hermanos que, desde su infancia, sufren la pobreza, los abusos, las desgracias y las desventuras más crudas. Viven en un barrio humilde y marginal de Copenhague. La historia arranca luego de un desgarrador suceso (a mi entender una de las escenas más crudas y tristes que viví) y se traslada a los 33 años de nuestro protagonista que, recién salido de prisión, debe reinsertarse en la sociedad. Eventualmente, la historia lo lleva a reencontrarse con su hermano adicto, dealer de heroína y padre de un hermoso niño de 6 años (impactante la bipolaridad de este personaje, la ternura y el amor que tiene por su hijo son emotivos). Lamentablemente, ninguno de los dos puede juntar los pedazos de vida en los cuales están convertidos y, unidos, lograr salir adelante...

La historia no es original, por sus características es bastante común dentro de la triste vida marginal que podría existir en cualquier familia que viva en las mismas condiciones que los protagonistas; no obstante, la dirección de Vinterberg nos muestra, de forma íntima, las relaciones humanas y la lucha por salir adelante, los diálogos crudos y escuetos y las actuaciones, impactan de manera tal que uno no puede apartarse de la pantalla aunque la tristeza nos invada por ver en carne viva a los protagonistas tan muertos en vida.

A mí me gustó, mucho... cine reflexivo para ver con paciencia y detenimiento.

Lo mejor: Jacob Cedergren, la sensibilidad e intimidad que Vinterberg genera con el espectador.
Lo peor: el sonido... maybe reminiscencias del experimental Dogma ;-)

Puntuación: 8/10

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